VUELVETE UN CONSUMIDOR CONCIENTE!

Estamos inmersos en una sociedad que promueve el consumismo, por ello es oportuno que el consumidor se vuelva crítico y responsable a la hora de adquirir algún producto, porque comprar es la parte final de un proceso que el individuo muchas veces desconoce.

La problemática que surge con el consumo sin conocimiento de lo que estamos comprando, radica básicamente en dos cosas: no se mide el impacto que tiene en el planeta los residuos de producción de las cosas que se consumen y en el hecho de que la mayoría de ellas son innecesarias.

Debemos saber qué comemos, qué compramos, cómo se hizo, preguntarnos si es necesario y qué impacto tiene en el medio ambiente; es cuando nos detenemos en todo esto que nos convertimos en consumidores conscientes.

El objetivo es desarrollar un criterio más amplio a la hora de elegir qué compramos. Infórmate acerca de las repercusiones sociales y medio ambientales de los bienes y servicios que estás adquiriendo.



Te proponemos algunos consejos prácticos para tener en cuenta a la hora de consumir:

- No despilfarres energía: El consumo de electricidad supone graves problemas ambientales. Puedes utilizar de bombillas de bajo consumo y electrodomésticos eficientes y útiles, revisa siempre que tus equipos eléctricos estén en buen funcionamiento ya que alguna falla eléctrica significará mayor gasto de luz.

Otra energía para resguardar es la producida por los automóviles, siempre que puedas utiliza el transporte colectivo, bicicletas o simplemente camina, así ayudas a ahorrar energía, evitas la contaminación acústica y atmosférica y también cuidas tu salud haciendo deporte.

- Piensa antes de comprar un regalo: es importante reflexionar sobre la compra excesiva y la acumulación de objetos. Algunas ocasiones adquirimos más cosas de las que necesitamos y luego terminan guardadas en el armario o tiradas en un rincón de la casa, sin uso alguno.

Los juguetes para los niños, por ejemplo, pueden ser de materiales naturales, sin exceso de plásticos o químicos y, sobre todo, servir como complemento en la educación de los pequeños.

- Asegúrate de comprar el contenido y no el envase: evita los productos con envoltorios excesivos, de materiales contaminantes, que sólo generan basura. Ten en cuenta que las bolsas plásticas que nos "regalan" en las tiendas comerciales demoran muchos años en degradarse. Puedes utilizar un bolso de tela para las compras del hogar.

- No compres pieles: la industria peletera causa grave impacto al medio ambiente, además de ser un mecanismo violento y explotador. Por otro lado, los productos que han sido probados clínicamente en animales les causan daños irreparables a éstos. Revisa con atención qué compañías elaboran los cosméticos, cremas, perfumes o elementos personales que utilizas.

- No apoyes la deforestación: recicla los papeles, cuadernos, agendas que usas. ¿Cuántas veces hemos tirado un montón de papel sin utilizar sólo por qué nos ocupaba espacio? Existen países donde hay viveros destinados para la producción de árboles que van a la basura (alrededor de 2.000.000 al año), generando erosión y problemas de desertificación.

-Conoce tu basura: es un acto muy sencillo y a veces considerado inútil, pero separar la basura te ayudará a tomar conciencia de qué cosas estás consumiendo y cuántas de estas son realmente necesarias. Puedes separar lo orgánico (aquello que se degrada fácilmente) como papel, restos de alimentos, cartones, etc., de lo inorgánico (lo que demora mucho tiempo en descomponerse) como bolsas plásticas, empaques de alimentos, botellas, etc. Si vives en un lugar amplio, puedes destinar un pequeño espacio para reciclar los desechos orgánicos.